INVITACIÓN NACIONAL

lunes, 20 de agosto de 2007

El pueblo será el perdedor con el TLC

 
Perú: Una sumisión anunciada
El pueblo será el perdedor con el TLC
Por: Oscar Torres (especial para ARGENPRESS.info)
Fecha publicación: 28/06/2007


"El Congreso ha cumplido", exclamó la inefable presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, al dar cuenta del resultado de la votación con que fue aprobado el Protocolo de Enmienda al Acuerdo de Promoción Comercial Perú- EEUU. Documento que ratifica la sujeción del gobierno a las políticas impuestas por el imperio del norte.

De ese modo se allana la continuidad del modelo económico primario exportador consagrado en la Constitución fujimorista. Como lo asegura Jurgen Schuldt: "La normativa del TLC va precisamente en la dirección contraria de lo deseable, amarrándonos al esquema de exportación primaria en su fase más primitiva. Porque ya no podemos establecer autónoma y democráticamente una serie de mecanismos de redistribución al recortarse las posibilidades de conseguir ingresos tributarios por concepto de ganancias extraordinarias o regalías…" Etcétera, etcétera.

Pero no todo está dicho. Según reporta la influyente publicación estadounidense 'Inside US Trade', el demócrata Charles Rangel, presidente del Comité de Medios y Arbitrios, dijo que sean cuales fueren las leyes que debe cambiar el Perú, ello debe hacerse antes de que el comité que preside ratifique el TLC. 'El Perú tiene que hacer lo que sea necesario para asegurar que el TLC será viable', sostuvo.

Una posición que contrasta con la de los representantes del gobierno que apuraron la votación con promesas absurdas, como la de la ministra de Comercio, Mercedes Aráoz, quien ofreció duplicar las exportaciones, de 5.7 millones de dólares a 12 mil millones en el año 2014, además de 863 mil empleos en el mismo período. Hasta Alan García se quedó corto.

Pero como los negocios no podían quedar de lado, la adenda incluye una nota interpretativa para la aduana estadounidense con el fin de facilitar el ingreso del etanol peruano a los EEUU, exonerándolo del arancel y de los impuestos internos. Claro que las exportaciones no la harán empresas peruanas, sino extranjeras, tal como se deduce de las últimas negociaciones del gobierno.

Fue risible escuchar a la ministra Aráoz, en su esfuerzo por aparecer dialogante, decir que "las puertas de Palacio de Gobierno están abiertas para escuchar los reclamos de los peruanos". Pero si los mineros de Casapalca tienen que cerrar la carretera central para que se les tome en cuenta.

Cierto es que las adendas al TLC obligan al Estado peruano a adecuar las normas internas a las exigencias del tratado, pero en un país en el que el Estado prácticamente no existe o existe solamente para proteger los intereses de los grupos de poder, eso era inevitable.

Hay quienes se oponen a cualquier cambio y a las nuevas normas que en materia de salud, el Código Penal o en materia ambiental, tendrá que aprobar el gobierno para decir que cumple con las exigencias norteamericanas. Por lo pronto, ya la ministra Susana Pinilla afirmó alarmada que el conflicto de Casapalca pone en riesgo el TLC con Estados Unidos.

Usando un tono desconocido hasta hace poco, Pinilla dijo que el 'pésimo manejo de los mecanismos de tercerización' que utiliza la minera Casapalca, da un mal ejemplo a todo el sector minero, pues su portafolio ha verificado la existencia de mecanismos fraudulentos en el uso de las contratas, al tener estas licencias provisionales de funcionamiento y representantes legales similares. Además, denunció que los trabajadores laboran en pésimas condiciones de seguridad, que hacen peligrar su integridad. Qué novedad.

Al margen de las anécdotas, todos los que han leído en profundidad el TLC (unos pocos peruanos) saben que en el futuro el Estado peruano será objeto de demanda por cualquier medida que limite las 'expectativas de ganancias futuras' de las empresas USA, lo que se denominará 'expropiación indirecta'. Adiós a nuevos impuestos, a las regalías, a controles sanitarios, etc.

No sólo eso. En cualquier momento, una misión norteamericana puede llegar al país para verificar en 10 días si se cumplen con las condiciones impuestas por el TLC, lo que podría originar el veto de los productos exportados. El Perú tiene reciprocidad, pero su misión tiene que anunciar su visita a USA con 20 días de anticipación.

El sector más golpeado será el agro peruano que no podrá competir con una economía que subsidia sus productos agrícolas con 300 mil millones de dólares anuales, mientras que el Estado peruano no hace nada por sus productores agrarios, sino que, por el contrario, los asfixia económicamente y les niega el crédito agrario. ¿Qué posibilidades tienen de competir los productores de algodón, de maíz, de trigo? Ninguna.

Incluso de las compensaciones al agro ya no se quiere hablar. El ministro de Agricultura, Ismael Benavides, dice que ya no son necesarias y considera que antes de establecerse compensaciones, se deberá ver primero los beneficios que trae este acuerdo comercial. "Yo creo que el sector agrario va a ser más beneficiado, pero largamente, que cualquier perjuicio", afirma muy suelto de huesos.

Justo en los precisos momentos en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere al gobierno asegurarse que los bancos públicos no debiliten la competencia en el sector financiero. Más claro no puede ser.

Se habla de respeto a las normas laborales, pero si este Congreso, el mismo que aprueba el TLC, se niega a sancionar la Ley General del Trabajo, que se encuentra encarpetada desde hace cuatro años, por presión de los lobies. Así, las empresas exportadoras seguirán pagando sueldos miserables, como en la industria textil, cuyo salario promedio es de US$ 2 diarios.

Con un modelo primario exportador, el mercado interno queda abandonado. No interesa entonces mejorar la capacidad de consumo de la población, cuyo sueldo mínimo permanece congelado desde el toledismo y no alcanza para cubrir la canasta familiar. No hay que rebanar mucho para entender que este modelo de crecimiento no asegura el desarrollo del país. A quién extraña que se le dé trato local a nacionales y extranjeros

Cuestionan el TLC no sólo los radicales, sino los industriales que trabajan para el mercado interno. 'Cómo sería de malo (el TLC) que los mismos congresistas norteamericanos vieron la necesidad de humanizarlo en lo referido a medicamentos', expresó Manuel Yzaga, presidente de Adifán, quien aseguró que 'se mantiene una extensión artificial de los datos de prueba que demorará el ingreso al Perú de medicamentos genéricos'.

En el tema ambiental los controles se refieren básicamente al tema de la madera, en el: que se introducen como textos de referencia convenios ambientales internacionales, se modifican las sanciones por incumplimiento de estas reglas y se penaliza al Estado. Por eso es que los exportadores madereros afirman que lo acordado es lesivo a sus intereses y a la soberanía nacional, pues faculta a EEUU a realizar sus propias inspecciones en los bosques peruanos para detectar la tala ilegal.

Se quejan de que la adecuación a las normas les costará US$ 80 millones. Lo que no dicen los madereros es que se descubrió cargamentos ilegales que exceden las cuotas autorizadas, lo que dejó en evidencia la incapacidad y la complicidad de las autoridades de Inrena para frenar la tala ilegal. Ahora se pretende potenciar la institución, que según ellos mismos requiere de una inversión de US$ 10 millones y no los 1.8 millones de soles anuales que le otorga el Estado. ¿Alguien cree que se hará realidad?

De la contaminación minera nadie dice nada. ¿Por qué será?

Todo esto en una fecha en la que Fujimori decidió ser candidato en su tierra natal: Japón. El 27 de junio podrá ser recordado como el Día del Entreguismo.



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